Cuando Melisa dijo la mezcla de sentimientos que le producía un campus no sabía de lo que hablaba porque yo no había vivido esa experiencia. Me llamo Verónica Sánchez y he tenido la oportunidad de vivir mi primer campus Jcs en Pamplona.
El viaje ya suponía un reto, pues nos desplazábamos desde Extremadura en coche. Al entrar en el campus, recoger acreditación y realizar la primera foto en el photocall ya supuso una ilusión. Pero la cara de sorpresa se nos puso al pasar el photocall y ver tras aquel panel tantísimas mesas con tantos compañeros jóvenes que venían a disfrutar de la experiencia. Pudimos ver a Melisa corretear de un lado a otro ultimando detalles y cogimos asiento para prepararnos. ¡El campus daba comienzo!
A la bienvenida le seguía un kit de supervivencia del que tomamos buena nota. Después llegaron los retos de hoy y el futuro en Europa para a continuación dar paso a Albert Rivera. Tener a Albert allí nos causaba sensación, ya que tantas veces lo habíamos tenido delante de las pantalla y hoy estaba muy cerquita para hacernos partícipes de la España que viene contándonos de primera mano las últimas cuestiones políticas que tanto nos preocupaban y repasando nuestras señas de identidad: liberalismo, patriotismo constitucional, modernidad y futuro.
En los descansos aprovechábamos para conocer a otros jóvenes y preguntarles de dónde venían. Todos habíamos hechos grandes esfuerzos para estar allí, desde el joven que le decía a sus padres que se iba unos días hasta el padre o madre de familia que dejaba a sus hijos e hijas y a su marido o mujer para vivir una experiencia de formación y trabajo. Con Toni Cantó vivimos una de las experiencias que sin duda te marcan. Con un estilo muy particular nos enseñaba a comunicar dejando de lado nuestros miedos.Tuve la oportunidad de participar en este taller de oratoria y gestualidad, lo que me hizo sin duda impregnarme más de las sensaciones de este campus.
Después Fernando de Páramo nos contó cómo comunicar una buena idea y la importancia del trabajo en equipo. Sin duda esto es algo que nos gustó porque se le daba más importancia al grupo que a la individualidad.
Y llegaba el momento comida, otro rato más de conversación y conocer a los que como tú vienen por primera vez o los que nos cuentan sus experiencias de campus anteriores.
Así llegábamos a las mesas de trabajo que sin duda fueron un momento importante en la jornada y es que, como había dicho Melisa, los jóvenes no sólo estaban para pegar carteles, es que nuestra opinión era importante y realmente así lo creímos y dimos lo mejor de cada uno aportando ideas y mejorando la idea por la que se decidió aportar en nuestra mesa. Grupos de personas de distintas localidades, distintas Comunidades Autónomas y distintos trabajos y formación, acordábamos un proyecto común para expresar a los demás. Y es que nuestras realidades nos importan.
Sin duda, el momento ponencia de Javier Imbroda nos dejó a todos con la boca abierta. Pese al cansancio de todo el día fue capaz de tenernos ensimismados escuchando cómo trabajar para despertar los mejores talentos. Para mí, como maestra, fue una charla de asentimiento total, escuchando hablar de las realidades que se nos presentan con nuestros alumnos. Pero llevado esto mismo al terreno de la realidad personal, cobraba más sentido y nos animaba a ser los mejores talentos y
nos hacía venirnos arriba.
Y para rematar, Melisa nos puso el punto de emoción de final de campus.
Este campus ha supuesto para mí y creo que para mis compañeros unas ganas de luchar por un proyecto común de cambio, de futuro y modernidad. Sintiéndonos uno en nuestro patriotismo constitucional pero a la vez únicos con nuestras particularidades que nos enriquecen. Sin duda, yo también quiero formar parte de esta España que viene.